Banquete de bodas: consejos e ideas

EL BANQUETE

El banquete de bodas , común en todas las culturas, es uno de los momentos estrella de la celebración de un enlace. En su contratación y organización suelen poner gran esmero los contrayentes pues quieren obsequiar y compartir con sus invitados un magnífico menú como señal de agradecimiento por estar presentes en un día tan especial para ellos. Por lo trascendental de la decisión, es aconsejable que los futuros esposos escojan con sumo cuidado y si no tienen claro el lugar, comparar y sopesar las distintas opciones que existen. El banquete es también uno de los gastos más cuantiosos de la celebración de una boda. Su presupuesto medio para una comida o cena de alrededor de los 100 invitados suele ser de unos 18.000 euros, si bien la cantidad puede ser muy superior dependiendo del lugar y la calidad del menú que se elija. Actualmente hay multitud de posibilidades y la elección final dependerá del gusto de los novios.

La tradición de celebrar la boda en la propia casa está en desuso puesto que la mayoría de las personas no disponen de espacio suficiente. Y aunque fuera así, son muchos los detalles que hay que tener en cuenta y suele ser motivo de estrés para los contrayentes. Hay hoteles con espacios para este fin, salones especializados en celebraciones de actos, restaurantes de gran capacidad o fincas y lugares con encanto que se alquilan para ese día. En estos últimos casos se recurre a los servicios de un catering, que se encarga tanto del menú como del montaje de las mesas, los adornos florales y la barra libre.

En lo referente al menú, es aconsejable que la degustación se haga pocos días antes del enlace para que se utilicen los alimentos adecuados a cada temporada y se tenga un recuerdo claro de lo que se ha probado. Si el tiempo lo permite, normalmente los novios prefieren ofrecer un aperitivo al aire libre en unos jardines como antesala de la comida o cena principal. En este tiempo, los ya esposos aprovechan para saludar a sus invitados y agradecerles su presencia, ahora mucho más relajados que en el momento de la ceremonia.

COMIDA Y BAILE

El menú tradicional, que es el que mayoritariamente escogen los novios, suele constar de un primer plato, bien individual o varios para compartir; un segundo, consistente en pescado o carne; y un postre. La tradición hasta hace poco era que los novios compartieran con sus familiares y amigos una tarta nupcial que cortaban entre ambos. Desde hace unos años el acto de cortar la tarta se ha convertido en algo más simbólico y en los menús de bodas se ha sustituido por un postre individual para cada uno de los comensales. Esta tendencia responde tanto a criterios estéticos como higiénicos. Así, mientras que cuando se repartía la tarta los trozos eran desiguales, ahora, al salir el postre emplatado desde la cocina su vistosidad es mayor. Además, las tartas nupciales tenían que prepararse con mucha antelación y en el momento de servirlas estaban algo deterioradas.

Tras la comida, los novios ya se sienten más relajados y comienza el tiempo del café o de las primeras consumiciones. Es el momento más distendido y divertido de la jornada que suele comenzar con la música de la boda y su clásico baile nupcial que protagonizan los contrayentes. Esta sería más o menos la estructura base de una celebración tradicional, pero cada acto es particular y se pueden incluir cuantas novedades se quiera para adaptarlo a los gustos. En ocasiones, en lugar de un segundo plato se ofrecen dos, uno de pescado y otro de carne. Este sería una buena opción sólo en el caso de una boda de día. Si es por la noche, se recomienda que el menú sea menos abundante para que los invitados no se sientan demasiado pesados antes de ir a la cama. Este tipo de detalles es fácil consensuarlo con restaurante de la boda

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