Chacal
Miembro
Con nuestros impuestos pagamos una familia real, un presidente del Gobierno, dos vicepresidentes, quince ministros, 350 diputados, 284 senadores, 1.256 diputados autonómicos, 208 ministros autonómicos. Tenemos casi treinta televisiones públicas, otras tantas radios. Dieciocho defensores del pueblo, dieciocho consejos de Estado, varias academias de la Lengua. Setenta boletines oficiales, sumando los de las diputaciones.
En cada una de esas cuatro estructuras –local, provincial, autonómica y nacional-, cada uno de los presidentes, vicepresidentes y ministros tiene una auténtica corte de asesores, equipos de prensa y protocolo.
Cada una de ellas, alimenta un equipo de propaganda.
Del contribuyente viven los partidos políticos y los sindicatos, e incluso la patronal, todos ellos con elevadísimas subvenciones, que no les impiden acudir a la corrupción para financiarse.
Cada una de las instancias políticas tiene una intrincada red clientelar que va desde el PER andaluz, a los PER de cineastas, ecologistas, feministas, ONG’s, SGAE.
La democracia no es poder ilimitado, ni poder expansivo. Es contrapoder, es división de poderes. Es, sobre todo, poder limitado. Y poder limitado implica que debe haber pocos políticos. Resulta muy difícil aspirar a que, además, sean buenos. Así que hemos de poner todo nuestro empeño de que sean pocos y lleguen a la política capacitados y con la vida resuelta para evitar circos como el que estamos viviendo.
En cada una de esas cuatro estructuras –local, provincial, autonómica y nacional-, cada uno de los presidentes, vicepresidentes y ministros tiene una auténtica corte de asesores, equipos de prensa y protocolo.
Cada una de ellas, alimenta un equipo de propaganda.
Del contribuyente viven los partidos políticos y los sindicatos, e incluso la patronal, todos ellos con elevadísimas subvenciones, que no les impiden acudir a la corrupción para financiarse.
Cada una de las instancias políticas tiene una intrincada red clientelar que va desde el PER andaluz, a los PER de cineastas, ecologistas, feministas, ONG’s, SGAE.
La democracia no es poder ilimitado, ni poder expansivo. Es contrapoder, es división de poderes. Es, sobre todo, poder limitado. Y poder limitado implica que debe haber pocos políticos. Resulta muy difícil aspirar a que, además, sean buenos. Así que hemos de poner todo nuestro empeño de que sean pocos y lleguen a la política capacitados y con la vida resuelta para evitar circos como el que estamos viviendo.
