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Es algo cada vez más frecuente. Los fabricantes utilizan tornillos de mala calidad para abaratar costes y con cualquier destornillador es fácil que pierdan la forma como si fueran de mantequilla. Cuando me pasa yo utilizo el taladro con una broca de metal más pequeña que el tornillo y voy taladrándolo muy despacio, hasta que me lo cargo y puedo sacar los restos.