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El trato dispensado por Frigicoll es indignante. Un frigorífico Liebherr con un defecto de fabricación interno (deformación en junta plástica) se desentienden diciendo que es un golpe dado por el transportista. Al venir el servicio técnico local y confirmar que el aparato había llegado perfectamente embalado y que la caja no tenía ni un solo desperfecto cambian su 'diagnóstico' y dicen que es un golpe dado por el usuario. El servicio técnico local (servicio oficial de Liebherr) indica que no es posible que tal deformación se deba a un golpe dado que no existe el más mínimo arañazo. Frigicoll ningunea al servicio técnico oficial e insisten en culparme de provocar tal deformación. El frigo ni siquiera había sido puesto en marcha. Llamo a Frigicoll en repetidas ocasiones, hablo con varios 'responsables' y, con toda prepotencia, concluyen que el departamento técnico tiene claro que es mi problema, que el frigo pasa unos 'rigurosísimos´ controles de calidad y que la deformación es un golpe que el transportista o yo le hemos dado. Tras hacer numerosas fotografías, un vídeo, llamarles insistentemente y enviarles unos cuantos correos, amenazando con enviar todas esas evidencias a Alemania y Austria (el frigo está fabricado en Liebherr Austria), una comercial se pone en contacto conmigo para indicarme que me reemplazaban el frigo. El nuevo frigo me llegó con tres embellecedores de plástico (tapas de las bisagras) rotos y con la parte inferior toda rayada (la base no viene protegida por poliexpan ni cartón y se ve que las carretillas elevadoras lo rayan todo), pero para evitar nuevos quebraderos de cabeza no protesté más. El frigo lo pagué a finales de agosto y empecé a utilizarlo a finales de noviembre, cuando, por fin, me sustituyeron el defectuoso. Espero que Liebherr retire la concesión a Frigicoll.
El trato dispensado por Frigicoll es indignante.
Un frigorífico Liebherr con un defecto de fabricación interno (deformación en junta plástica) se desentienden diciendo que es un golpe dado por el transportista. Al venir el servicio técnico local y confirmar que el aparato había llegado perfectamente embalado y que la caja no tenía ni un solo desperfecto cambian su 'diagnóstico' y dicen que es un golpe dado por el usuario. El servicio técnico local (servicio oficial de Liebherr) indica que no es posible que tal deformación se deba a un golpe dado que no existe el más mínimo arañazo. Frigicoll ningunea al servicio técnico oficial e insisten en culparme de provocar tal deformación. El frigo ni siquiera había sido puesto en marcha.
Llamo a Frigicoll en repetidas ocasiones, hablo con varios 'responsables' y, con toda prepotencia, concluyen que el departamento técnico tiene claro que es mi problema, que el frigo pasa unos 'rigurosísimos´ controles de calidad y que la deformación es un golpe que el transportista o yo le hemos dado.
Tras hacer numerosas fotografías, un vídeo, llamarles insistentemente y enviarles unos cuantos correos, amenazando con enviar todas esas evidencias a Alemania y Austria (el frigo está fabricado en Liebherr Austria), una comercial se pone en contacto conmigo para indicarme que me reemplazaban el frigo. El nuevo frigo me llegó con tres embellecedores de plástico (tapas de las bisagras) rotos y con la parte inferior toda rayada (la base no viene protegida por poliexpan ni cartón y se ve que las carretillas elevadoras lo rayan todo), pero para evitar nuevos quebraderos de cabeza no protesté más. El frigo lo pagué a finales de agosto y empecé a utilizarlo a finales de noviembre, cuando, por fin, me sustituyeron el defectuoso.
Espero que Liebherr retire la concesión a Frigicoll.
