¿Qué causa los celos y cómo podemos controlarlos?

Los celos pueden aparecer en nuestra vida de muchas formas. Si bien es casi sinónimo de relaciones de pareja, los celos pueden tener muchas formas: rivalidad entre hermanos, el éxito de otras personas en comparación con nosotros, o incluso dentro de las amistades.

Cualquiera que sea donde aparecen, los celos son una emoción que pueden ser difícil de controlar y puede dejarnos con una sensación de inferioridad, falta de dignidad y enfado. Estas emociones negativas pueden consumirnos innecesariamente, y aunque muchos celos pueden ser por una buena razón, la mayoría de las veces es algo que necesitamos controlar y proviene de suposiciones y percepciones incorrectas sobre nosotros mismos y las intenciones de los demás.

Los celos provienen de las necesidades insatisfechas de la infancia

Los celos se definen como una fuerte emoción negativa derivada de la inseguridad, el miedo, la preocupación y la ansiedad por la pérdida potencial de algo de gran valor personal. ¿Os suena familiar?

¿Por qué algunos de nosotros somos más propensos a asumir lo peor y apresuramos a sacar conclusiones rápidas mientras que otros no parecen afectados en absoluto?

La respuesta podría estar en nuestros primeros años y en la relación que tuvimos con nuestros padres o cuidadores. Como humanos, somos bastante contradictorios: si bien elogiamos ser un individuo y la idea de la autosuficiencia, también somos criaturas muy sociales que prosperan en la aceptación.

La teoría del apego explica cómo la calidad de nuestras primeras experiencias de apego influye mucho en la forma en que operamos con nuestras relaciones adultas. Si nuestras necesidades de afecto no son satisfechas durante la infancia por aquellos con quienes tenemos vínculos cercanos, esto lleva a una sensación de inseguridad y celos con las personas con las que pasamos a formar relaciones.

Es esta inseguridad la que genera un fuerte sentido de la posesión y el temor de que no seamos lo suficientemente buenos. Es esta engañosa expectativa de los demás, formada a una edad temprana, lo que lleva a una tendencia celosa. Este miedo a perder a alguien o su afecto, resulta en hostilidad hacia un rival a pesar de ser una creencia o percepción incorrecta.

¿Pero son realmente los celos tan malos?

Los celos han existido toda la vida. Fue Shakespeare quien acuñó el término “monstruo de ojos verdes” que evoca a una persona que normalmente no comprende una situación, a menudo enfadada y destructiva para sí misma y para los demás. ¿Pero es este siempre el caso?

Cuando estás en el otro extremo de los celos, aunque sea un caso leve, puede provocar sentimientos de adulación. Cuando tu pareja te expresa un poco de celos porque hablaste demasiado sobre un compañero de trabajo, puede ser casi reconfortante y a menudo lo asociamos con la sensación de que a tu pareja le importas.

Animales como los chimpancés también muestran celos, lo que nos lleva a pensar que podría ser más una ventaja en nuestra evolución de lo que pensamos. Podría ser efectivamente una llamada de atención; una manera de indicarnos que necesitamos recuperar el afecto, el afecto necesario para construir nuestros lazos sociales.

Los pensamientos vinculados a los celos no se pueden eliminar, pero puedes expresarlos correctamente

Entonces, si los celos son potencialmente un rasgo inevitable, entonces mantenerlos bajo control es la clave para tener relaciones equilibradas. Dependiendo de nuestras primeras experiencias de apego, muchos de nosotros tendremos diversos grados dentro de nosotros, entonces, ¿cómo podemos frenar efectivamente cualquier comportamiento celoso perjudicial?

La clave radica en la forma en que construimos y trabajamos en nuestras conexiones con las personas con las que estamos en relación y trabajando para comprender y lidiar con las inseguridades que subyacen a nuestros celos.

Esto no significa erradicarlos por completo; al fin y al cabo, es difícil deshacerse de toda una vida de creencias y problemas de apego. En cambio, es importante trabajar en el manejo de las emociones negativas que rodean los celos, como el miedo, la inseguridad y la ansiedad. Los especialistas sugieren que expresar estos sentimientos de la manera correcta es una forma mucho mejor de manejar los celos y la envidia que tratar de deshacerse de ellos por completo.

Estrategias efectivas para controlar los celos

Hablarlo

Si sientes enfado, inseguridad y celos, la mejor manera es expresarle esto a la otra persona. Mantenerlo dentro hará no te hará bien y se manifestará de una manera potencialmente tóxica. Recuerda mantener la calma y tener en cuenta que la forma en que ves las cosas puede no ser toda la historia.

Lidia tu estrés

El estrés y la ansiedad pueden ser un factor importante en los celos, así que asegúrate de contrarrestar esto con estrategias de control del estrés. El ejercicio, la meditación, comer bien y cualquier cosa que apoye tu bienestar mental y físico ayudará a contrarrestar emociones negativas.

Pídele que te tranquilice

No hagas esto de una manera desesperada. Tan solo se honesto sobre la situación y acepta lo que la otra persona tiene que decirte. Si hay sintonía, te sentirás un poco más seguro, pero asegúrate de no exagerar. Acepta su respuesta y no te centres en el problema. Cultiva un sentimiento de apertura que fomente una sensación de alivio y confianza entre vosotros.

Pregúntate “¿Está hecha esta relación realmente para mí?”

Si constantemente necesitas que la otra parte te dé confianza, podría ser una señal de alerta de que esta no es una relación saludable para ninguno de los dos. A veces hay razones por las que sientes celos y si has hecho todo lo posible para superarlos, pero aún experimentas sentimientos de desconfianza, podría haber una buena razón. No le des de lado a tu instinto, pero asegúrate de hacerlo con la mente clara y saludable.

Llegar a la raíz de los celos: inseguridad

Si los celos son una manifestación subyacente de inseguridad, hacer que te sientas más seguro desde dentro es la forma número uno de combatirlo.

No te compares con los demás. Recuerda que tu autoestima se hunde cuando comienzas a compararte con tus “rivales” y la mayoría de las veces es solo una rivalidad de creación propia. Date cuenta de que tus percepciones negativas son en gran medida falsas.

Cuestiona tus pensamientos negativos. Siempre sé consciente de tus patrones de pensamiento negativos. Cada vez que surjan, pregúntate por qué es esto e intenta reemplazarlos con positividad.

Recuerda que mereces afecto y cariño. Eres una persona que mereces la pena y pase lo que pase, te harás mas fuerte y mas centrado. Tu amor propio y ya sabiendo mejor como eres, hará que le des estabilidad a tus emociones.

Así que no te rindas por sentirte con celos. Nos sucede a todos y aprender de la naturaleza destructiva de los celos puede ser una curva de aprendizaje empinada. Recuerda comenzar desde adentro y enfocarte en ti mismo y en lo que vales. Lentamente, con el tiempo, desarrollarás una mentalidad que disminuirá “el monstruo de ojos verdes” que llevas dentro y ye ayudará a crear relaciones más armoniosas.

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