Cómo sentirse mejor cuando alguien es grosero contigo

¿Alguna vez has tenido ese compañero de trabajo que siempre parece cargar con todos los problemas del mundo? ¿O un conductor maleducado que no te da preferencia en un paso de cebra? ¿O ese camarero que atiende mal?

Es normal que nos siente mal cuando alguien se comporta así o no nos trata como esperamos, pero lo cierto es que probablemente no seamos nosotros la razón por la que se comporta de forma grosera con nosotros. Así que… No te lo tomes como algo personal.

Puede que la persona tenga un mal día.

Piensa en esto: cuando llevas un día muy malo y alguien aparece y te dice “hola”, es difícil pasar instantáneamente del mal humor al buen humor. Esto no significa te caiga mal esa persona que te acaba de saludar. Simplemente que no es tu momento.

Tal vez la persona tenga problemas personales.

A veces ocurre que estás en el momento y en sitio inoportunos y acabas siendo el objeto de ira de la otra persona. Sin embargo, lo hacen sin querer, así que tendrás que ser consciente de que hay personas arrastran problemas con los que es difícil lidiar.

Puede que la persona no se encuentre bien.

El dolor o el malestar no son cosas fáciles de controlar. Cuando alguien está enfermo o no se encuentra bien, la mayoría de las veces sólo quiere que le dejen en paz para descansar. Lidiar con problemas físicos afecta a la forma en que alguien trata a otra persona.

Puede que la persona tenga problemas personales.

Tal vez la persona es grosera contigo porque es insegura, o tal vez quiere lo que tú tienes pero sabe que no es capaz de tenerlo, así que en vez de eso se vuelve contra ti. La inseguridad y los celos son sólo algunas de las razones por las que alguien puede tratarte mal. No es tu problema, es el suyo, así que deja que se ocupen ellos, no tú.

Ignóralo y sigue adelante.

Según Albert Einstein, “Los débiles se vengan. La gente fuerte perdona. La gente inteligente ignora”. Esa cita es muy cierta. Cuando se ignora algo, no vuelve a ti ni te afecta a menos que tú se lo permitas. Cuando eres capaz de hacerlo, demuestras que tienes fuerza de carácter.

Sea cual sea el comportamiento de los demás hacia ti, no pienses que eres tú quien lo provoca. Así evitarás conflictos y resentimientos. Cuando intentas entender de dónde viene la otra persona, tiendes a ser más indulgente y menos crítico con los demás. También demuestras confianza en ti mismo porque no te consideras alguien que causa problemas.

Todos pasamos por situaciones diferentes en la vida y no tenemos ni idea de las batallas que están librando. Incluso los amigos más íntimos a veces no te cuentan lo que les pasa. Por lo tanto, sé siempre amable y muestra comprensión.

Recuerda que no puedes controlar las reacciones de los demás, pero sí las tuyas, y si muestras bondad hacia otra persona, es más probable que esa persona se dé cuenta de que, después de todo, no debería tratarte mal.

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