¿Qué tipo de amigo eres tú?

El hombre es, por naturaleza, un animal social. Todos tenemos la necesidad de estar en compañía y queremos que las personas nos entiendan como somos y compartan cosas con nosotros. La soledad genera ansiedad y >depresión, y cada vez que alguien que conocemos está pasando por una ruptura o está estancado en una rutina, le aconsejamos que “conozcan gente nueva”. Sin embargo, la mayoría de los problemas de las personas tienden a centrarse en nuestras relaciones y cuanto más envejecemos, menos amigos parecemos tener.

Si nos preguntamos por qué el círculo social de una determinada persona se ha ido debilitado paulatinamente, entonces hay que darse cuenta de que el problema es de esa persona en concreto y no los demás, y está en sus manos poder cambiar la situación para mejorarla. Lo primero que debe hacer esa persona es analizar su vida con detenimiento y descubrir su naturaleza, porque… cuando se trata de hacer/mantener amigos, solo hay 3 tipos de personas.

¿Qué tipo de amigo eres tú?

El independiente

Hacen amigos donde quiera que vayan y tienden a tener más conocidos que amigos de verdad. Por lo general, son extrovertidos, seguros de sí mismos y agradables desde el primer momento, del tipo “relaciones públicas superficial”, y parece que se lo están pasando bien. Las personas parecen querer pasar tiempo con ellas/os porque son de fácil conversación, sin prejuicios y con una sonrisa agradable en la cara. Pero esto también tiene sus inconvenientes: hay que hacer malabarismos con el trabajo y esa vida social tan ocupada. Esta vida no deja espacio para una conversación realmente sincera y las personas que tienen muchas amistades superficiales tienden después a estar muy solos. Por ejemplo, puedes tener 500 amigos en facebook pero cuando necesitas ayuda, ¿A cuantos de esos llamarías?

El discerniente

Son muy particulares con la amistad que mantienen. Solo tienen unos pocos mejores amigos a los que se mantienen unidos a lo largo de los años, porque se han esforzado en mantener esa amistad. Cuando surge un problema, tienen personas a las que recurrir. Aunque puede que no parezcan tan sociables por fuera, tienen un grupo de amigos muy unido a los que recurrir en busca de ayuda. Pero esto también tiene sus desventajas. La vida es extremadamente impredecible y, a veces, el amigo puede irse a vivir a otra ciudad. Además, la amistad profunda significa que la pérdida de uno de esos amigos sería un golpe duro. Por ejemplo, Pepe siempre ha sido tranquilo, no muy activo en las redes sociales y por lo general sale con sus amigos del colegio Ana y Juan. Pero Juan se mudó y Ana murió en un accidente y Pepe, ahora, no tiene a nadie con quien desahogarse o salir.

El currante

Estas son las personas que hacen todo lo posible para mantenerse en contacto con sus amigos de toda la vida, pero también continúan haciendo nuevos amigos a medida que avanzan en la vida. Por lo tanto, nunca están solos, ya que tienen personas con las que echar el rato y conversar, y cuando surgen problemas, tienen a esos mejores amigos que siempre dan la cara por ellos o están ahí. Esto requiere tiempo y esfuerzo, pero una vez que llegas ahí, el resto de tu vida se vuelve muy, muy fácil. Por ejemplo, Gustavo siempre ha sido una persona amable, que equilibra muy bien el tiempo dedicado a las redes sociales y la vida real. Sus compañeros de trabajo le adoran y encuentra siempre tiempo para sus amigos de toda la vida para verlos al menos una vez al mes. Si tiene algún tipo de problema, saldrá adelante porque siempre tiene un grupo que le respalda.

Entonces, ¿cuál es el que deberíamos ser?

La respuesta es fácil. Los que pertenecen al tipo “currante” son los más flexibles y tienen una vida mas agradable. Así que…¿qué puedes hacer para ser de este tipo? Vamos por pasos. Primero haz tres columnas.

En la primera, haz una lista de las personas que realmente te importan, que están de acuerdo contigo en tus valores morales y éticos y que son aquellos con quienes realmente puedes conectar. Si no te viene a la mente nadie de buenas a primeras, piensa cuando estabas en el colegio o en la universidad. Una vez que hayas hecho la lista, intenta conectar con ellos. Envíeles solicitudes de amistad en Facebook o queda con ellos para tomar algo si todavía es que viven cerca tuya. Pero no te quedes en eso después de esa primera quedada. Realiza seguimientos, mándales un whatsapp de vez en cuando y acuérdate de felicitarles por su cumpleaños o por sus santo para que vean que no te has olvidado de ellos.

En la segunda, escribe los nombres de los conocidos con los que tienes trato casi todos los días y con los que te llevas bien. Sé agradecido con ellos y mira si puedes convertir esa amistad superficial en algo más profundo.

Y en la última columna, escribe los nombres de las personas que conociste brevemente pero que realmente te gustaría ser su amigo. Cada vez que conoces a alguien nuevo y te cae bien, anota su nombre. Estas son personas que pueden convertirse en grandes amigos en el futuro.

Finalmente, no te olvides de ser una persona agradable y atenta. Sé educado, empático y amable con todas las personas que conozcas. Y lo más importante, ayuda a las personas siempre y cuando puedas y verás como te sientes mejor contigo mismo y tendrás más amigos de tipo “currante” de los que puedes contar ahora mismo.

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