Compramos el colchón y el somier y ahora, ¿cómo ubicamos la cama?

La buena elección de un colchón y su precio tiene que ir acompañada por la de un buen somier. Las marcas especializadas han estudiado sus composiciones y diseños para hacerlos cada vez más cómodos a la espalda y, por lo tanto, a su salud.

Hay que saber que no hay ningún modelo quita dolores de espalda o de cuello pero que en cambio sí pueden mejora la postura del cuerpo para aliviar la musculatura. Hay que comprar un colchón que no sea ni muy duro ni muy blando. Si es muy duro no permitirá a la espalda relajarse y estará tensa, y si es demasiado blando serán los músculos los que padezcan la tensión.

En las tiendas también tendrá que decidirse por uno de los tipos de colchón que le proponen. Allí tendrá que prestar atención al tipo de material que lo compone, a su dureza y, por supuesto, al precio.

En cuanto al precio de los colchones, los más caros son los de látex y viscoelástico y los más baratos de los muelles y espumas. La elección depende de ti y de tu descanso.

Tipos de colchones

Colchones de muelles: Son los colchones más vendidos. Poseen distintos grados de firmeza según el refuerzo de los muelles. Ya se sabe que uno de sus grandes defectos es que los muelles van cediendo y tienen a hundirse en el centro. En cambio, Los colchones de muelles poseen unas cualidades fundamentales para el buen descanso: la elasticidad, la amortiguación y la transpiración.

Colchón de muelles
Colchón de muelles de nueva generación

Colchones de látex: Los calchones de látex son la última revolución tecnológica en materia de descanso y de confortabilidad. Su perfección ergonómica, asegura un sueño placentero, en su fabricación no se utilizan elementos nocivos para el medio ambiente y para los alérgicos es bueno saber que los ácaros no anidan en este tipo de tejido. Su mayor ventaja es que se adaptan perfectamente a los movimientos que hacemos al dormir pero sin perder elasticidad ni firmeza. El inconveniente es que son muy caros pero es la mejor opción a largo plazo. A continuación foto:

Colchón de látex

Viscoelastic: Este tipo de colchones son muy parecidos a los de látex, aunque son un poco más duros y aporta una agradable sensación de ingravidez. Son perfectos para aquellos que consideren que los de muelles son muy duros y los de látex muy blandos. Encontrarán la comodidad ideal las personas para quien encuentren muy duro un colchón de muelles y muy blando uno de látex.

Colchón viscolástico
Colchón viscolástico

Viscolátex: Lo último de los último es el colchón Visco-Látex. Se adapta a la perfección a todas y a cada una de las zonas de su cuerpo.

Colchones de espuma: No son muy recomendables porque la espuma se hunden, no transpiran y dan calor. Eso sí, son muy baratos.

Colchones de agua: A parte de su aspecto lúdico, los colchones de agua no son nada recomendables para su salud.

PEQUEÑOS CONSEJOS SOBRE COLCHONES

– Probar el colchón en la tienda

– Su grosor debe de ser como mínimo de 15 cm.

– Si eres alérgico compra uno de látex

– Pide siempre la garantía. Casi siempre ofrecen una garantía de 10 años, pero lee la letra pequeña.

– Protege tu colchón con una funda

– Dale la vuelta cada cierto tiempo, en el cambio de temporada.

– Los expertos recomiendan el cambio de colchón cada diez años ya que se deterioran las cualidades para asegurar un descanso satisfactorio. No obstante, este tiempo varía en función del uso y estado del colchón.

LA ALMOHADA

La almohada es algo muy personal para la gente. Hay algunos que hasta llegan a darse cuenta si se la cambian por otra. Tradicionalmente se ha creído que no es bueno dormir con almohada. Sin embargo esta creencia es errónea puesto que la cabeza necesita un apoyo para conservar la posición natural de la columna y no someterse a ninguna tensión. Los factores que determinan la calidad y el precio de una almohada son la forma, el relleno o la funda. Los materiales habituales con el que están compuestas son las plumas, la fibra de poliéster o el látex.

La elección de una buena cama es fundamental en nuestra vida. Ocho horas diarias de sueño es la media ideal recomendada lo que significa que dentro de las sábanas pasamos la tercera parte de nuestro tiempo, la tercera parte de nuestra vida. Por eso a la hora de comprar una cama, hay que estar atento y ser exigente para que su elección sea perfecta para un correcto descanso mental y físico. Y es que dormir bien significa vivir bien. La calidad del sueño es esencial para que el día vaya bien.

Lo más importante de la cama es el somier y el colchón, es aquí donde hay que enfocar toda nuestra atención. El cabezal, los pies y los laterales de la cama son elementos puramente decorativos y aquí, lo que juega es el gusto de cada uno.

Tipos de somieres

Somier de muelles: Según los expertos, este tipo de somier tiene pocas ventajas y, en cambio muchos inconvenientes. Los muelles van cediendo con el tiempo y la cama comienza a curvarse en el centro de manera que provoca dolores de espalda.

Somier de madera: Es más duro de manera que no se curva ni se transforma. Se compone de láminas de madera flexibles para que se amolden al peso de su cuerpo. Es más recomendable y tiene la ventaja que no precisa de un gran mantenimiento.

Canapé: El clásico canapé es de muelles pero está reforzado y tapizado de manera que se adapta a la posición corporal sin que se noten los muelles. Es muy cómodo y resistente.

¿Cómo ubicar la cama, hacia qué dirección y hacia dónde?

Una vez comprada la cama, ahora sólo queda colocarla en el dormitorio. Se ha teorizado mucho sobre cómo y dónde tiene que colocarse la cama dentro de la habitación pero lo que está claro es que la cama es la protagonista de un dormitorio. Este mueble tiene que tener unas medidas adecuadas a las dimensiones del cuarto y tiene que colocarse según unas proporciones y distancias justas.

Si es posible, ubica tu cama alejada del baño, del pasillo, sin estar de frente a la puerta de entrada al dormitorio. Tampoco se recomienda colocar la cama debajo de la ventana. Se dice que no es bueno colocarla cerca de una viga que refleja el peso moral, laboral y mental y perturba el sueño y, por tanto el descanso.

Ubicación de la cama
Ubicación de la cama

Dicen que también es conveniente tener en cuenta el significado de cada orientación geográfica de tu cama en el dormitorio: Si la cama está orientada hacia el Sur, se cree que fortalece la intuición y estimula los sueños y la capacidad de retención; si está hacia el Norte, favorece la salud y la energía vital. Si la orientación está dirigida hacia el Este, provoca dinamismo y ganas de vivir y si, por el contrario, está dirigida hacia el Oeste constituye un buen mecanismo contra el estrés y la agitación.

Para acompañar nuestro descanso, una cama debe de tener un buen edredón o unas sábanas de colores cálidos, tonos lisos y suaves y aporten calidez a la habitación. Otra recomendación es colocar a los lados dos mesillas de noche y dos lámparas idénticas que den equilibrio a la decoración. Y, a parte de las aficiones, los expertos no recomiendan tener una televisión en el dormitorio que no anima al descanso.

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